Cuando
se elaboró el anteproyecto de ley de creación de la Universidad Nacional Autónoma de Huanta (UNAH), entre muchas inquietudes, había una muy importante: ¿con qué
carreras profesionales empezar? De las conversaciones regulares que sosteníamos
con el señor Carlos Rúa, actual alcalde de la Municipalidad Provincial de Huanta,
surgieron varias ideas, sin embargo, la
esencia, el concepto de la Universidad era lograr algo distinto al común de las
carreras que ofrecían las universidades nacionales y particulares existentes en
la región y el país. Ese algo distinto y único tenía que ser un principio que rigiera y
marcara la diferencia del resto de instituciones académicas universitarias del país. Bajo
esa esencia, se planteó, en un primer momento, que se ofreciera la carrera
profesional de Arquitectura y Ecología (Bioarquitectura), como una profesión de
vanguardia que tendría como objetivo contribuir en el proceso de armonización del
crecimiento de las ciudades con su entorno natural, ambientalmente amigable, y
que todas las construcciones que autorizara el municipio, a futuro, tendría ese
principio de sostenibilidad en menor y mayor grado. Esa particularidad
conceptual debe tomarse en cuenta para el diseño de la futura ciudad
universitaria, porque la UNAH fue concebida bajo esa premisa.
La
visión de una ciudad universitaria debe tener un horizonte de por lo menos una
centuria y su diseño no debe ser limitado sólo al factor presupuestal
(finalmente, el Estado actual dispone de recursos necesarios y, por otro lado, la legislación actual
permite diversas modalidades de financiamiento para proyectos de inversión
pública, y evaluar algunas de las alternativas existentes, sería pertinente para
alcanzar el objetivo). En esencia, lo que planteo es desarrollar un proyecto
bajo el concepto de “biociudad-universitaria” que integre el aspecto físico
espacial de sus estructuras: energética (sostenible), hídrica (microcuencas,
humedales, parque de agua, etc), verde (un ecoparque, corredor biológico,
arborización, jardín botánica, etc.), construida (principio bioarquitectónico),
circulatoria (utilizar la topografía, ciclovías, ruta bioturística, parques,
calles, etc.).
Ese concepto de infraestructura ambientalmente amigable, claramente, es compatible con las carreras profesionales que brindará la UNAH, integrándose al espacio físico de la geografía del valle de Huanta. Miremos el horizonte de mediano y largo plazo.
Elaborar
un proyecto de inversión pública de la envergadura de una ciudad universitaria,
tomará su tiempo. El primer paso es tener claramente definido la ubicación y el
área del terreno (legalmente saneado) donde se levantará dicha infraestructura
(estamos informados que está en proceso la donación de 20 hectáreas en la comunidad de Pampay-Luricocha). Una vez definido éste requisito,
se tiene que evaluar las alternativas desde la idea pasando por el perfil del
proyecto, donde debe contemplarse como alternativa el concepto de ésta propuesta para luego continuar con el ciclo del proyecto.
Los
beneficios se evalúan desde la perspectiva ambiental, académica, turística, económica
entre otros bondades a mediano y largo plazo.
Mantener
ese principio es fundamental, por ello las maquetas referenciales que publiqué
desde el 2010, han mantenido ese concepto que vale la pena tenerla en
consideración.
© 2014 Wens Silvestre. Todos los derechos reservados.
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